a Actividades a Novedades
El jueves, 5 de noviembre de 2015, todos los niños de Educación Infantil estuvimos en Zamora pasando la mañana. Hicimos un montón de cosas, ahora os las contamos.
Poco después de las nueve nos montamos en dos autobuses muy chulos. A la de una, dos y tres, salimos en dirección a Zamora. Los del autobús que salió en primer lugar estaban emocionados porque "ibamos ganando" a los del segundo. A cierta edad se goza de cualquier cosa... afortunadamente.
Llegamos a GAZA enseguida, donde nos esperaba Roberto, que nos explicó cosas sobre las vacas y la producción de leche. A la fábrica no entramos porque por lo visto en años pasados algunos niños lloraban por el ruido de las máquinas. Con lo valientes que son los nuestros (y guapos) seguro que se habrían atrevido pero... no pudo ser.
Vimos alguna maqueta chula, una vaca de cartón que no nos dio leche a pesar de que la ordeñamos... También nos dieron natillas. Algunos las comimos, otros no, otros hubieran comido tres o cuatro.
Luego otra vez al bus (volvió a ganar el que salió delante, qué cosas). Fuimos a la Avenida Plaza de Toros y tomamos el almuerzo (sí, además de las natillas) antes de hacer dos grupos. Unos estuvimos primero en el museo de Capitonis Durii (los cabezudos, vamos) y después en el parque de bomberos. Los otros al revés, así que vimos lo mismo en distintos momentos.
La verdad es que ese grupo de 67 niños pequeños paseando por Zamora hizo las delicias de los transeúntes. Nuestra inmarcesible belleza, que les cautivó. Eso debe ser.
Israel, nuestro guía enel museo de gigantes y cabezudos, nos sacó a sacar a Doña Urraca ¡Madre mía, que alta es esa mujer! Nos enseñó cómo era por dentro y qué hay que hacer para llevarla. También sacó a un par de cabezudos (el abuelo y la abuela) que algunos de nosotros nos pusimos (ver fotos).
Luego a los bomberos. Allí Andrés, el cabo, nos mostró todo lo que lleva dentro un camión de los que sacan. Un montón de cosas: bombonas con polvo y con oxígeno, mangueras de distintas secciones, herramientas para abrir puertas...
En fin, todo muy bonito, pero nosotros mirábamos de reojo unas mangueras que había en el suelo deseando que ocurriera lo que ocurrió ¡Nos dejaron usarlas! Así que ahí tenéis a esos bomberetes de tres, cuatro y cinco años, regando el suelo de la nave, aprendiendo a girar la rosca para que salga el agua pulverizada o en un chorro fuerte e intentando mojar a los bomberos de enfrente. Un ratito divertido.
Después vimos una película cortita, donde los malos, el humo y el fuego, que por lo visto son amigos, caían derrotados ante niños que aprendían como ahogarlos o cortarles el paso.
Para cerrar el día, vimos como subían a un bombero en una plataforma al final de una escalera gigaaaante, tan larga que puede llegar a un piso 11º o por ahí. Daba miedo, aunque solo al de arriba, que algunos de nosotros coreabamos con alegría "que-se-ti-re, que-se-ti-re". El hombre no se tiró. Será que no le apetecía.
Después de esto, y ya algo cansados, subimos a los autobuses y volvimos al cole poco antes de las dos.
Una cosa antes de acabar: algunos niños controlan el paisaje que no veas. "Mira, Cobadú", "Aquí vivo yo", "esto es Valorio" y gritos de "Pi-ni-lla, Pi-ni-lla" dan buena fe de ello.
Nos lo pasamos muy bien, un día distinto en el que aprendimos muchas cosas. Os dejamos con las fotos, que son muchas aunque serán más. De momento ahí van las de la cámara, en próximos días colgaremos las de los móviles de los maestros. Que os gusten.