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Luego os lo contamos con fotos, que queda mucho más claro, pero esta página es para contaros que el 21 de noviembre celebramos nuestra fiesta del otoño, eso que llaman Magosto en algunas regiones.

La estructura os la sabéis de otros años: repartimos castañas (al fin y al cabo de eso se trata), elegimos duende y hada del otoño y jugamos. En ese orden.

Las castañas estuvieron riquísimas, aprovechamos para dar las gracias a los padres y madres que se tomaron el trabajo de asarlas, por ahí los veréis en las fotos.

Este año, previo sorteo a través de mano inocente que saca un papel de una lata, resultaron duende y hada del otoño Rodrigo, de sexto, y Claudia, de tercero. Respectivamente, claro, que al revés queda más raro.

Los juegos tenían como temática distintos tipos de construcciones del mundo, por eso de que hemos dedicado el año a la casa y a leer en cualquier parte como en ella. Como siempre, hubo ocho juegos, ocho turnos y ocho grupos de alumnos (unos dieciseis niños en cada uno, de edades diferentes).

Tuvimos una pirámide (de vasos), un tipi (para buscar sonidos), un igloo (para pescar corchos), una choza (para trasladar agua), una cueva en la que pintar rupestres ilustraciones, una casa en que saltar a la combar y la goma, una casa árabe para atravesar el desierto y una pagoda para jugar al mikado.

Todo ello podéis verlo en las prometidas fotos. Seguro que el año que viene hacemos algo parecido... y distinto a la vez.