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El pasado viernes, 28 de febrero, celebramos nuestra fiesta de Vendaval. ¡Uy, qué tonto! quise decir de Carnaval, no sé en qué estaría yo pensando.

Primero las fotos, que si no os ponéis nerviosos (el vídeo va al final):

Por un lado hubo suerte, ya que la lluvia no hizo acto de presencia (la expresión es bonita, pero da la impresión de que, en caso contrario, habría aparecido una señora con paraguas en plan "Muy buenas, soy la lluvia y aquí me presento"). Por otro el viento, especialmente en la plaza de la iglesia, no nos dejó parar (eso es bueno, que así bailamos) y deslució un poco el sonido del vídeo, ya veréis que no se oyen las murgas como deberían, pero qué se le va a hacer.

Para contarlo con algo de orden, adelantamos algo el recreo y después nos reunimos en la pista de baloncesto. Ya nos esperaba el coche con la música (gracias al conductor, un año más), así que tras un ratito de hacer el tonto en el patio empezamos a movernos, en plan caravana, por las calles del pueblo. La música fue la de siempre. La verdad es que está repetida, pero creemos que poniendo a Mahler, Vivaldi o Vela Bartok se baila bastante peor.

Tras un corto trayecto llegamos a la plaza. Allí cada ciclo cantó una murga. Si os suenan las melodías no os extrañéis, que por allí anduvo la tómbola de Marisol, el patio de mi casa, la taza y la tetera, ya se murió el burro o dónde están las llaves. Eso sí, cada una con su letra adaptada para hacernos sonreir. 

Si os preguntáis si "ellos" volvieron a tentar al destino con sus "melodiosas" voces, las respuesta nos tememos que es sí. Allí salieron los profes a buscarse a sí mismos, una cosa muy rara, en el vídeo lo veréis.

Esto nos da pie (así tenemos tres) a comentar que los disfraces tenían como tema central los dibujos animados, sin importar si el personaje provenía de un cómic (o TBO), de las películas, series del cine o la televisión. Eso hizo que no fuera difícil ver por ahí a Superman, Spiderman, los personajes de Asterix y Obelix (con carro y todo) y, por supuesto, Blancanieves varias, Caperucitas o preciosas hadas. Hubo, eso sí, una notable sobredosis de gente a rayas disfrazada de Wally, con su gorro y sus gafas. La verdad es que en lugar de "Busca a Wally" el juego más difícil era "Encuentra un sitio sin Wally".

Vale, después comimos alguna rosca o magdalenas de chocolate (gracias madres y padres), con refresco para que pasase bien por el gaznate (excelente oportunidad para usar la palabra, supongo que lo entenderéis).

No estaba el viento como para parar mucho más, así que de vuelta al cole por el camino más rápido. Allí bailamos la Danza de los siete saltos, aquí una rodilla arriba, allá un codo en el suelo, acullá (que maravilla de palabra, no me digáis) la nariz en tierra.

Eran casi las dos, que este año calculamos mejor que el cajero de un banco, así que a casita y a descansar unos días, que a la vuelta nos esperan más trabajos y actividades.

Aquí abajo os dejo el vídeo, que lo cuenta mejor que yo y por el mismo precio.