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Noticia en La opinión Fotos y vídeo al final de la página
¿Hola? ¿Estás ahí? Vale, ven conmigo. Sube a mi máquina, la que tengo para hacer viajes por el espacio y el tiempo. Ten cuidado al entrar, que la puerta es un poco baja, y ponte el cinturón, que despegamos y los viajes en el tiempo son peligrosos: subimos muy, muy rápido y desde arriba vemos el Duero, una gusano de plata que hace curvas ahí abajo. Por el cielo pasa muchas veces el sol, ten en cuenta que nos movemos hacia atrás en el tiempo y hay que remontar los días.
De pronto, en la margen sur del río, vemos un conjunto de casas no muy grande. Bajamos para distinguir mejor el pueblo, es Villaralbo y son las 12 de la mañana del viernes 17 de febrero, justo el momento y fecha para el que habíamos programado el ordenador de la nave.
En el patio del colegio hay movimiento, parecen hormiguitas vistas desde hace arriba, así que bajamos un poco más y vemos a los niños y maestros vestidos de deportistas. ¡Ah claro! Están celebrando el Carnaval y este año el tema son los juegos olímpicos porque en verano serán los de verdad.
Hay tenistas grandes y pequeños, un montón de futbolistas, que cuentan con sus árbitros, su balón y hasta la copa del mundo por duplicado. Los humanos más grandes van con un peto rojo y careta, deben estar haciendo esgrima a juzgar por el florete (algunos con flor de verdad incluída) que les acompaña.
Aquí y allá se ven deportistas en bici (BMX y descenso) de verdad o de cartón. También hay deportes de invierno, con su esquí y su snowboard, alguna amazona con su caballo, boxeadores y luchadores de taekwondo, judo o kárate.
Mientras los seguimos camino de la plaza del pueblo vemos que hay un futbolín chulísimo y guapas animadoras de todas las edades. Siguen a un coche que les proporciona la música para que muevan sus esqueletillos. No es un recorrido largo, así que ya están en la plaza.
Los peques de la guardería se han acercado a ver el futuro que les espera, así que, vestidos de animalitos, miran a los mayorotes con ojos muy abiertos. Seguimos repasando atentamente y vemos alguna pequeña gimnasta, forzudos levantadores de pesas y bellísimas (también bellísimos) patinadoras.
Al son del himno olímpico (fanfarria de John Williams y todo eso que suena familiar por su uso repetido este curso) se organizan en grupos que nos permiten distinguirlos mejor, así que vemos que hay hasta un niño olímpico, con cara de bandera y sus cinco aros sobre la cabeza.
Llega el momento de comer algo, que no se puede gastar energía así, sin mas, así que las mamás animadoras reparten magdalenas y flores de carnaval con algún refresco ¡Qué rico! Seguro que los niños y grandes lo agradacen mucho.
Los del taller de baile moderno ofrecen unos bailes: lo del Ai se eu ti pego es un éxito arrollador en el que todos los presentes se unen a los bailarines, pero luego hay también una canción de Florida (Good feelling) y el Calimeño. Incluso desde nuestra nave podemos oir los aplausos.
Miramos hacia arriba y vemos que hace rato que el cielo se ha vuelto gris y sopla un viento ligero pero algo más que fresquito. Vamos, que hace frío, así que hay apenas un intento de baile de la escoba antes de que los maestros decidan llevar de vuelta a los niños al colegio, que, sobre todo los peques, pero también algún mayor, están algo cansados.
Los seguimos en el camino de vuelta, con la nave en modo silencioso, no vayan a vernos y saber que hay viajeros espacio-temporales espiando. Tardan poquito en llegar, dejar sus cosas y marcharse a casa, que para eso son casi las dos de la tarde.
Por supuesto la nave cuenta con tecnología de altísimo nivel, así que hemos hecho un montón de fotos, como 300, que se dicen pronto ¿Que no? Decidlo: 300 ¿A que se dice enseguida?
Os las dejamos aquí debajo, con el ruego de que volváis pronto para ver si hemos añadido el vídeo que la unidad central está procesando ahora mismo.
Ah, si alguien quiere volver a ver todo esto puede intentar localizar nuestra nave o, aún más fácil, volver por esta página, releer el texto y volver a ver las imágenes. Ya sabeis que pinchando en la imagen puedes ver las fotos a tu manera, de una en una.
Tranquilo, viajero amigo, no nos debes nada por el viaje y, de paso, te dejamos de vuelta en tu sillón, con tu ordenador, para que no pases frío de vuelta a casa. Ha sido un placer.