Bueno, ya sabéis cómo va esto, así que no daremos muchas explicaciones. Nuestros belenes son automáticos, es decir, a primeros de diciembre se abren, ellas solitas, las cajas que contienen todos los elementos del Belén. Suena ruido de papeles de periódico desenvolviéndose y, poco a poco y con algo de esfuerzo, van saliendo las figurillas.

Si hay algo de suerte puedes verlas desfilando por el pasillo que va desde el almacén hasta el vestíbulo (y esta año también por el exterior, hacia el edificio nuevo de infantil. Nosotros sólo preparamos una mesa con algo de musgo y ellos hacen lo demás: montan su pozo, montan el portal, colocan sus patos, vacas y demás semovientes, abren la herrería y limpian un poco el camino para que los reyes se coloquen en posición. Luego uno de ellos (no hemos conseguido averiguar quién) dice "una, dos y tres" y todos se quedan quietos. Bueno, por lo menos durante el día, que por la noche a lo mejor fisgan por las clases y leen nuestros libros, no me extrañaría nada.

El caso es que ahí tenéis unas cuantas fotos de cómo se han colocado este año, ya os contaremos cómo se recogen o si ya lo han hecho a la vuelta de vacaciones.