Después del recreo, el mismo viernes, decidimos repasar juegos de los que podían verse jugar en la calle hace... bueno, unos cuantos años. Los suficientes como para que los conocieran mejor los padres y abuelos que los chicos. Lo atractivo, además de conocer o repasar unos cuantos juegos, fue compartir con los adultos ese rato de diversión. También verles la cara al jugar, que más de uno y de una se quitó unos años durante ese rato.

Hubo de todo: jugamos a la rana, la calva y la petanca. Usamos las tabas, aunque nos costaba un poquito eso de atrapar cosas del suelo mientras la taba vuela. No faltó la peonza, con éxito distinto según los casos (vamos, que a la mayoría nos costó un montón bailarla). La comba nos permitió averiguar a qué edad nos íbamos a casar cada uno (coincidía exactamente con el número de saltos que éramos capaces de dar antes de pisar la cuerda o enredarnos con ella).

Saltamos en los cuadros del castro, tiramos las bolas de la petanca y hasta pudimos conducir el aro con una guía (esto, como veréis en las fotos, lo disfrutaron los profes casi tanto como nosotros). Bueno, por aquí os dejamos unas imágenes. Como cada una vale más de mil palabras, sumadas a estas que ahora acaban, es un buen "testamento" para ver y leer.

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Campeonato de parchís

Cubilete, dados, tablero y dos parejas. Con esos ingredientes se monta enseguida una partida de parchís. Si se repite tenemos un campeonato. Lo que el nuestro tenía de especial es que cada pareja estaba formada por un alumno y su madre, su padre o algún familiar adulto.

En realidad se disputaron dos campeonatos: uno para alumnos de educación infantil y primer ciclo y otro para los de segundo y tercer ciclo.

Lo más importante es que lo pasamos estupendo. Había que vernos disfrutar comiendo fichas (y contando 20). Por si os interesa, en la categoría de pequeños ganaron Alba Lorenzo y Mª José Flórez, en la de los "mayores" lo hicieron Sandra Escudero y Diana Castillo. Enhorabuena a todos